Unos días antes de la presentación de su libro en la UNQ, nos comunicamos con el autor de Pánicos morales, quien accedió a responder algunas preguntas.
El miércoles presentaremos en la universidad la versión en castellano de Pánicos morales, ¿cuál es su opinión acerca del libro a 17 años de su primera edición, en Inglaterra*?
Creo que el concepto y el fenómeno siguen siendo de gran actualidad, a pesar de algunos cambios, como el crecimiento de los medios sociales que complican el cuadro.
¿A qué cambios se refiere?
El único factor realmente nuevo desde que escribí el libro es el crecimiento de las redes y medios sociales a través de internet. Esto multiplica las fuentes a través de las cuales los pánicos morales pueden surgir y tomar impulso. En la década del 1980, los principales medios de comunicación en juego eran los periódicos nacionales, fundamentalmente tabloides sensacionalistas y la televisión. Hoy, por ejemplo, en Reino Unido, los dos pánicos morales más comunes están relacionados con el reclutamiento de jóvenes musulmanas británicas por grupos militantes islámicos y con la magnitud de casos de abuso infantil. En ambos casos, los medios sociales son el vehículo a través del cual se reclutan “víctimas”, especialmente las jóvenes. En casos de pánicos morales anteriores, internet actuaba de una manera más parecida a los periódicos y a la televisión, notificando los eventos. Los medios sociales son ahora más interactivos y su participación es más activa.
Conceptualmente, considero que hoy hay una necesidad de utilizar combinaciones de conceptos, como riesgo, trauma, titulización. Las sociedades todavía tienen las mismas inquietudes, como la situación de los jóvenes, la liberación sexual.
Leer más